Ambiente

 La Pampa de Achala está conformada por una enorme roca o Batolito, que fue fracturada y elevada hace millones de años, aislando y convirtiendo este ambiente en un sistema serrano rodeado de vastas llanuras. Debido a esto, es posible encontrar en el parque gran cantidad de especies que están aquí y en ningún otro lugar del mundo (endémicas). 

 Otra de las singularidades de estas serranías, es que en ellas confluyen animales y vegetales típicos de territorios andinos, pampeanos, de la estepa patagónica y de la región chaqueña.

El mencionado aislamiento geográfico y su ubicación en una zona de confluencias de distintos ambientes, convierten a la región en una singular isla biogeográfica.

Estas pampas, caracterizados por grandes pajonales y pastizales, son interrumpidos frecuentemente por arbustos y afloramientos rocosos habitados por helechos, cactus y líquenes, entre otros. A pesar de la inmensidad y la aparente desnudez del paisaje, con paciencia y en silencio en las rocas, se puede observar como se asolea el lagarto Verde de Achala y el volar de coloridas Loicas, curiosas de nuestra presencia.

También encuentran refugio entre los pastizales, animales como el astuto y escurridizo Zorro Colorado y la Yarará Ñata, típicos habitantes de esta región.

En las noches templadas, una espectacular sinfonía es interpretada por la Ranita Trepadora y el Sapito de Achala, que con su croar nos invitan a acercarnos a algún arroyo o charco para deslumbrarnos con su belleza. 

 El Orco-Molle u Maitén, de origen andino-patagónico, y el tabaquillo, procedente del norte de los andes, son los dos árboles nativos de la zona. Alcanzando 6 metros de altura y con su característica corteza color castaño rojiza, similar a las hojas de tabaco secas, el tabaquillo forma los únicos bosques existentes en la región. 

 Si prestamos atención y escuchamos atentamente, entre los árboles, podremos reconocer el golpeteo de algún Carpintero Real o el bullicio que hace a su paso la Catita Serrana.

Difícil de observar, el Puma, el mayor de los mamíferos silvestres de la zona, suele ocultarse en estas quebradas boscosas.

Sobrevolando el paisaje de Achala, el Águila Mora y el Aguilucho Común dejan ver sus figuras mientras acechan a sus presas.

Otras siluetas que se recortan en el cielo, son las de Jotes y Cóndores que planeando a gran altura, buscan la carroña de la cual se alimentan.


Pobladores

 Los pobladores ancestrales

La Pampa de Achala fue ocupada desde hace aproximadamente 9.000 años, por cazadores-recolectores. Aleros rocosos se utilizaron como refugio, en ellos se prepararon puntas de flecha para cazar los guanacos que antiguamente poblaban la región, y morteros en la roca para procesar los vegetales recolectados.

Descendientes de aquellos pobladores, los Comechingones, cultivaron grandes extensiones con maíz, porotos y zapallo que regaban mediante un sistema artificial. Alternaban esta actividad agrícola con el pastoreo de llamas y, en menor medida, con la caza y recolección de frutos silvestres; dedicándose también al tejido y al trabajo en piedra y hueso.

 Tiempos coloniales...encuentros y conflictos

 En la época de la conquista, estos territorios habrían sido utilizados como refugio por parte de los comechingones para evitar el sometimiento español. A partir del 1600, pobladores de origen hispano comenzaron con la cría de ganado.

 No obstante, ya en el 1700 los comechingones habrían desaparecido por el quite de sus tierras, la explotación en el trabajo y la privación de su libertad.

Los serranos de hoy...

 A comienzos del siglo XX se comenzaron a formar las primeras estancias, donde comenzó a girar la economía de la zona. Actualmente, además de estas estancias, existen pequeños propietarios, puesteros y peones, cuyos núcleos familiares ocupan viviendas dispersas asociadas a la cría de ovinos y vacunos, huertas, aves de corral, etc. Los productos artesanales ocupan un importante lugar en las actividades de autoconsumo, destacándose los tejidos en telar rústico y el trabajo del cuero.

Todas estas características compartidas se integran en un sistema de valores, creencias, pautas y rasgos propios de cada comunidad de la región.